LA TROMBA ROSARINA

 
 tromba
(del it. tromba, trompa)
f. irrupción tumultuosa de personas
 

Resulta que a principios de los años ochenta un puñado de músicos rosarinos la pegaron fuerte con sus canciones; tan fuerte que la prensa tuvo que ponerle un nombre a la movida y en un brainstorming de cafiaspirina en el bar La Paz decidieron bautizarla como “La Trova Rosarina” para relacionarlos directamente con la trova cubana: una estrategia de marketing berreta pero que resultó efectiva.

Juan Carlos Baglietto era como el capitán de ese barco, y en su banda tocaban Fito Páez, Silvina Garré, Rubén Goldín, Adrián Abonizio, Lalo de Los Santos, Jorge Fandermole… todos músicos del carajo que más tarde tuvieron importantes carreras solistas.

Pasaron los años, Baglietto y Garré se separaron, Fito se pagó una serie en Netflix, y entre los barbijos y el alcohol en gel irrumpió “La Tromba Rosarina”, porque claro, los músicos se renuevan, pero los autodidactas de la crónica foránea seguimos siendo tan poco creativos como siempre.

La pandemia trajo desde Rosario a Gladyson Panther, Amelia, Lusio, Barfeye, Chilljud, Mateo Fuertes y a Lichi, que es de Rafaela, pero es algo así como el Baglietto de la movida. Su música se metió en nuestras casas durante el encierro y nos encantó, en el más literal y hechizante sentido de la palabra.

Irónicamente, la primera canción que me trajo el algoritmo fue Nueva Ola. De ahí al Hiper Hype pasaron menos de tres minutos. Y el resto fue pura fascinación adolescente, un recital de Lichi en el Xirgu, sentado y con barbijo, varios shows más de Lichi, y una ansiedad por ver a Gladyson en vivo satisfecha hace unos pocos días.


"Cuando uno sale de noche
lo que verdaderamente está buscando
es que su vida cambie"
Chano, #8D

El sábado a la noche la casa caracol estaba llena de rosarinxs y un par de porteñxs excitadxs porque tocaba Gladyson Panther, Amelia y Lnt.noir. Yo me había estampado especialmente una remera con la tapa de Tengo Mil Amigos, que terminó siendo una sorpresa reservada para el final.

Mientras Efe abría y cerraba la puerta cordialmente a los que llegaban, Lusio acomodaba sus teclados y animaba la espera con música house. Lichi andaba por ahí recibiendo regalos de unas fans y con Ray Vilo comíamos pizza y tomábamos Amargo Obrero preparado por Santi Axis.

El reci arrancó con Lnt.noir, siguió con Amelia y terminó con Gladyson, y acá es donde esta crónica se vuelve un agujero negro que se traga a si mismo, porque no voy a intentar transmitir con palabras el frenesí de esa noche épica.

La música de “La Tromba Rosarina” está ahí, es hermosa, es nueva, tiene fuerza, glamour, estilo, y ya es parte de la banda sonora de mi vida. Si todavía no la conocés 
 
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